
Novela negra
El Salto Editorial
12 de julio de 2015
Digital y papel
145
Andrea Harris es una prometedora policía de Nueva York, trasladada a España para cumplir una nueva legislación que aboga por la globalización de los cuerpos de seguridad de todo el mundo. En su primer día conocerá a su nuevo compañero, Nabar Balder, un detective fuera de la ley cuyos métodos son muy cuestionados. El aviso de un macabro asesinato en La Sagrada Familia de Barcelona dará comienzo a una investigación en la que nada será lo que parece. Rubén Falgueras Pradas nos trae en su primera novela un cocktail lleno de intriga y asesinatos, a caballo entre Barcelona, Granada y Madrid.
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Autor de Las máscaras de porcelana
Rubén Falgueras Pradas nació en Barcelona en 1990. Es por tanto un joven escritor que con 25 años ha conseguido sacar adelante la edición de su primera novela con Las máscaras de porcelana. En la web no he podido encontrar demasiada información suya, pero de todos modos, en unos días tendremos una entrevista con él que nos ayudará a conocerle más a fondo.
¿Que nos encontramos en Las máscaras de porcelana?
En la novela, nos encontramos con un variopinto equipo policial donde abundan los agentes extranjeros. El autor, ha incluido una premisa interesante. Partimos de la base en la cual, por una nueva normativa internacional, los agentes de policía son intercambiados entre distintos países. En el caso particular que atañe a la novela, contamos como protagonista con Andrea Harris, una joven y brillante policía de Detroit que ha sido transferida a la comisaría de Policía Nacional de Montjuic. Junto a ella encontramos a Bob, antiguo compañero de Andrea, y a Clara Nakamura, forense de la Policía Científica. Partiendo de esta idea, Rubén Falgueras nos introduce de lleno en la historia de Las máscaras de porcelana dando poco pie a las introducciones, ya que el ritmo narrativo se impone rápidamente a la presentación de los distintos personajes, que iremos conociendo sobre la marcha.
Un personaje, que quizás se podría considerar el protagonista auténtico de la obra, es Nabar Balder. Una suerte de detective-mafioso. Se profundiza poco a poco en su pasado y personalidad, llegando a descubrir bastantes cosas según avanzamos en el argumento.
Poco a poco, conforme avanzan las páginas, la idea inicial del autor de ese «intercambio internacional» de agentes termina por parecerme cada vez menos natural. Por un lado, nos encontramos con que ha querido contar con un trasfondo realista. Nos encontramos con organigramas reales dentro del Cuerpo de Policía, además de vernos inmersos en una realidad política muy parecida a la que vivimos actualmente en nuestro país. Por otra parte, vemos que los procedimientos policiales poco o nada tienen que ver con los usados aquí. En una institución donde todos sus miembros son elegidos por oposición, nos encontramos con contrataciones a dedo y situaciones que hacen que me evada de la novela. Podría haberse logrado el mismo resultado, pero con connotaciones realistas, tan solo con un poco más de investigación.
Afortunadamente, Las máscaras de porcelana es suficientemente interesante para hacer que pueda disfrutarse pese a ello. Me habría gustado poder ser partícipe de alguna pista que fuera dirigiéndome poco a poco al asesino durante la obra, no obstante el esquema y la evolución de la trama es correcto. Por momentos llegas a pensar en que una u otra persona pueden ser culpables. O con el caso de cierto jefe de la policía a mi me dio la impresión continua de que ocultaba algo. Este mismo personaje, que desde el principio parece que tendrá relevancia en la trama, después queda un poco al margen y en un segundo plano hasta terminar por desaparecer en la parte final.
El desenlace del libro, ha sido muy al estilo de la serie «Psych«. El que la conozca sabrá a que me refiero. Y es algo que me ha parecido muy acertado, por esa fórmula gráfica de ir desgranando pétalo a pétalo la margarita del asesino.
Narración
La narración de la obra, está hecha en primera persona desde la perspectiva de Andrea. Da una ligera impresión de «diario». Y en alguna ocasión, se sitúa en la narración del propio asesino. No se hace pesada, y la novela se lee rápido. Es fácil ir leyendo de un capítulo a otro con facilidad, gracias al ritmo que impone el autor, lo cual se agradece.
Conclusión
Por el precio que la novela tiene en Amazon, merece la pena pararse a leerla. Las máscaras de porcelana no es una novela que consiga que esperes ansioso a leer su continuación, pero conseguirá entretenerte. Tiene los elementos
necesarios para hacer que la leas sin interrupciones, y si te abstraes de las pequeñas cosas que comento más arriba, sin duda, será dinero bien invertido. Aquí os dejamos nuestra nota:
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